Reyes Magos

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Queridos Reyes Magos, 

Este año he sido muy bueno y por esa razón; me atrevo a pedir algo muy especial para mi, aplicable también a todos los perros del mundo que -al igual que yo- han sido abandonados por sus familia. Solo deseo una familia que me quiera. ¿Tan difícil es? Parece que sí. ?

Muchas personas no son capaces de tomar conciencia sobre este problema que, desgraciadamente no desciende puesto que la gente no escucha mis gritos. Unos llantos desesperados que lanzo desde las instalaciones de la asociación en la que vivo a la espera de que ocurra un milagro. ¡Deseo que alguien se enamore de mi, me acoja en su regazo y me lleve a su casa por y para siempre. Nada más! ? 

He perdido la cuenta de los días que llevo aquí. He tratado, por todos los medios, de olvidar el traumático día en que mi amada familia dejó tirado en la carretera porque les suponía un problema. Fui un mero regalo de Navidad que compraron sin responsabilidad alguna y sin valorar lo que suponía compartir la vida con alguien como yo.

Ellos nunca supieron lo que significa compartir su vida con un perro. Ellos jamás se dieron cuenta de que un peludo como yo cambiaría su vida (ítem válido para ser adoptado un día de Reyes como hoy). Ellos actuaron desbordados por la situación (o eso quiero pensar) y me abandonaron sin mirar atrás. ¡Qué triste! ¿Verdad?

No les guardo rencor alguno puesto que durante unos meses fueron el centro de mi vida y el motor de mi existencia -y sé que yo fui el suyo-. Pero hoy me confieso ante vosotros, mis queridos Majestades, me rompieron el corazón en mil pedazos puesto que siempre vi desde la barrera el grave problema del abandono animal y jamás pensé que me ocurriría a mi. ¡Qué equivocado estuve! 

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Adultos

El perro es sin duda el mejor amigo del ser humano, pues ha demostrado ser el animal más fiel, que ama incondicionalmente a su amo y que hasta hará peligrar su vida para salvarlo, si se le presenta la ocasión. Por desgracia, no siempre es correspondido.

La historia de la humanidad sería muy diferente si no hubiesen existido los perros, ya que nos han acompañado desde nuestros primeros asentamientos. Cuando los primeros cánidos domésticos vivieron entre los humanos empezamos a reproducirlos seleccionando sus mejores características para adaptarlos a nuestras necesidades.

Sin los perros de caza, la dieta y la supervivencia de los humanos hubiera sido muy diferente; de la misma manera ocurre con los perros guardianes. Protegían los poblados y a sus habitantes, tanto de animales salvajes como de otros poblados hostiles, a cambio de un plato con comida.

Quienes hemos tenido una mascota lo sospechábamos, pero un estudio de 2015 de una universidad japonesa lo confirma: mirar o interactuar con un perro aumenta los niveles de oxitocina en el cerebro. La oxitocina también es conocida como la hormona del amor, porque provoca sensación de calma y felicidad.

Es decir, en cuanto química cerebral, es genético que queramos a los perros, con la misma hormona que une a madres e hijos, a familias y a enamorados. Si además interactuamos con ese animal y nos demuestra cariño, se crean lazos emocionales que se pueden llegar a medir científicamente.

Películas

Un perro fiel llamado Hachiko acompaña cada mañana a su amo a la estación de tren y regresa cada tarde para darle la bienvenida después del trabajo. Sin embargo, esta rutina se ve rota por una desgracia.


Otra de nuestras películas favoritas sería:

John y Jenny deciden dejar atrás los duros inviernos de Míchigan para iniciar sus nuevas vidas en la soleada West Palm Beach, donde adoptan a un perro incorregible.

Navidad

Son muchas las personas que piensan en regalar un perro por navidad a su pareja o a sus hijos, sin tener en cuenta lo que realmente ello supone. No debemos olvidar que los perros no son juguetes, ni objetos, son seres vivos.

Obsequiar con un cachorro o perro adulto a nuestros seres queridos no siempre es tan buena idea cómo pensamos. Ya que se convierte en una enorme responsabilidad que todos, debemos asumir.

Desde SoyUnPerro queremos orientarte un poco antes de que tomes esta importante decisión, para que luego no te pillen por sorpresa sus cuidados y necesidades.

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No todas las razas sirven para todas las personas, las hay pequeñas, enormes, tranquilas, muy activas…. incluso las hay poco recomendables para vivir en climas cálidos o demasiados fríos, incluso el tamaño del piso importa.

¿Quieres regalar un perro a un ser querido? Acompáñale a elegir uno en una protectora de animales o perrera (son gratis y necesitan un hogar) y que sea esa persona la que elija a su perrito.

Medio ambiente

una referencia a la hora de saber por dónde moverte con tu perro en las ciudades españolas respetando su medio ambiente: no sólo te dicimos en qué bares, hoteles, tiendas y lugares serás bien recibido con tu mascota, sino también qué tiendas de complementos para mascotas y qué canguros y educadores caninos te pillan más a mano.

Bar La popëria
Bar la tortuga

Historia de la web

Muchas familias cuentan con uno o varios acompañantes cuadrúpedos o alados en sus casas que son la alegría de la ídem. Y cuando nuestras mascotas necesitan algo, recurrimos también a Internet para obtener información, o para contratar servicios o comprar sus juguetes.

Da ahí surge la idea de mascotea, una página web donde poder disfrutar de tus mascotas.

Ancianos

Los efectos beneficiosos en la salud que produce el vínculo del hombre con los animales han sido aceptados desde siempre, entendiendo por salud no tan solo la ausencia de enfermedad, sino «un estado de bienestar «. En este sentido, vivir con un animal de compañía puede contribuir a mejorar la calidad de vida, sobre todo en lo que se refiere al bienestar mental y al bienestar social.

Potencia las relaciones sociales con otras personas, con un efecto indirecto sobre el bienestar, aliviando la sensación de soledad. En este sentido, el animal de compañía actúa como un «facilitador de las relaciones sociales». Este factor puede ser muy importante para los ancianos que viven aislados.

Muchas de estas personas que viven solas declaran que sus mascotas les hacen sentirse necesarias. Éste es un hecho importante, porque la necesidad de cuidar a otros seres no disminuye con la edad. Ser activo física y socialmente con un animal es una buena receta para evitar sentirse “viejo”.

Las personas mayores que tienen animales experimentan menos estrés y visitan al médico con menor frecuencia que las que no los tienen. La compañía de los animales palia el sentimiento de soledad, estimula la comunicación, favorece el contacto físico y las demostraciones de afecto, además, estimula la memoria, y la atención. Pero hay una cosa que nos encanta y es la capacidad que tienen de hacernos reír.

Si los ancianos viven solos, pueden caer fácilmente en la apatía. Adoptar un animal de compañía los obliga a observar unas rutinas diarias para cuidarlo, asearlo, jugar, alimentarlo, y en consecuencia, hacerse cargo de sí mismos. En los casos de movilidad reducida es conveniente adoptar un gato debido a la característica de sus cuidados. 

La persona se siente más útil e incluso, pueden aumentar las ganas de vivir y disminuye la ansiedad y la necesidad de medicación. Los animales permiten que las personas rían sus gracias, pero también que se rían de ellas mismas y de lo que las rodea.

Jóvenes

Durante la pubertad y la adolescencia, la necesidad de adoptar a un animal es más fuerte que en ningún otro momento de la vida. Algunos buscan una bolita peluda a la que hablar y, otros, un compañero de juegos. Pero, a veces, los niños, a partir de una cierta edad, desean tener una mascota porque se sienten arrinconados o abandonados. Cuando hay conflictos con los padres o las cosas no van muy bien en el colegio, los animales tienen una ventaja: su amistad incondicional les permite compensar ese sentimiento de soledad o de falta de confianza en sí mismos.

El adolescente siente un enorme apego por su mascota porque siempre está ahí, con él. Una persona puede abandonarle, pero un animal, no. Aunque no hable un idioma “humano”, tiene la impresión de que le comprende, que capta sus estados de ánimo, que lo “escucha”. Sabe que puede confesarle cualquier cosa sin que le juzgue ni desvele sus secretos. Lo único que pide el animal es ternura, un poco de tiempo para que juegue con él y que le dé de comer. En suma, solo pide una relación simple. Y esa simplicidad es algo especialmente necesario entre los 10 y 15 años, cuando tantas cosas en la vida se vuelven complicadas.